Autor: Luis Felipe Torres Muñoz – 2024©
Versículo para memorizar
Apocalipsis 3:15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
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Reflexión
Al leer algunos las palabras que Jesús remite a la iglesia en Laodicea, pareciese que Jesús estuviera diciendo que prefiere a una iglesia fría espiritualmente antes que tibia, y se cae en la interpretación de que es mejor estar completamente en el mundo sino vamos a estar completamente con Dios.
Pero una pregunta interesante surge aquí, y es ¿acaso Cristo esta diciendo que es mejor que una iglesia sea fría espiritualmente, que este distante de Él y que su corazón sea cómo hielo? – de ahí la importancia de entender un poco mejor los contextos culturales y geográficos que rodearon a los primeros cristianos.
El asunto aquí notable es que la iglesia en Laodicea era una iglesia tibia, que se estaba volviendo como su propia ciudad, una iglesia arrogante y llena de soberbia. Hacia el año 60 d. C esta ciudad sufrió un terremoto, y la respuesta de ellos frente al deseo de roma de apoyarlos, fue decir que no necesitaban nada externo, que ellos mismos podían avanzar en su proceso de reconstrucción. Llenos de orgullo por sus notables riquezas y centros de medicina los llevo a pensar que eran autosuficientes. Y aquí es donde la iglesia cae también en el mismo error: Apocalipsis 3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Ahora, ¿por qué Dios les habla de que “ojalá fuesen fríos” o calientes? En el contexto geográfico de la región podemos notar que cerca de ellos había otra gran ciudad llamada Colosas; esta ciudad se caracterizaba por sus aguas frías y refrescantes, así como medicinales; algo que muy seguramente ellos conocían. Y también existía la ciudad llamada Hierápolis, que tenía fuentes de aguas termales, también ideales para el baño y con propiedades medicinales. En Laodicea, su agua provenía de un acueducto que, en su fuente, tenía aguas termales como las de Hierápolis, pero debido a la distancia que recorría, se ADAPTABA a la temperatura ambiente y se volvía tibia. La mayoría de las personas sentía aversión por esa agua porque no era buena ni para bañarse ni para consumir. Es decir, Jesús está diciendo a esa iglesia: ustedes son como su agua, se adaptaron, perdieron la esencia y perdieron la utilidad. Y que ojalá fueran fríos “refrescantes y útiles para beber y ayudar” o calientes “útiles para el baño, la limpieza, y medicinales” que tibios, adaptados a las condiciones que el entorno les imponía.
Fríos: Juan 7:37-38 37En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Calientes, fervorosos: Hechos 18:24-25 24Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. 25Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan.
Romanos 12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
Cristo no tiene ningún interés en un cristianismo tibio, porque no vale nada. Prefiere trabajar con personas que o arden de energía para hacer lo que les corresponde o que nunca han oído hablar del mensaje de salvación y están dispuestas a escuchar. El agua tibia con carbonato de calcio hace vomitar. De igual modo, los cristianos nominales, vacíos de obras espirituales, son totalmente desagradables para el Señor, y está a punto de vomitarlos de su boca[1].
¡Dios te bendiga!
[1] Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (p. 194). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
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