Introducción
En la sociedad actual, se observa una notable distorsión en los valores fundamentales, especialmente en lo concerniente a las relaciones matrimoniales. Resulta crucial comprender el orden de prioridades según la visión de Dios en este aspecto. Con frecuencia, las redes sociales contribuyen a desdibujar este orden, llevando a muchas personas a adoptar esta perspectiva distorsionada como una verdad aparente.
Es importante reconocer que, lamentablemente, existen fuerzas que buscan desestabilizar los hogares. Satanás emplea diversas estrategias, entre ellas alterar sutilmente las prioridades de los esposos, generando insatisfacción en la pareja. Esta situación puede desencadenar conflictos familiares que, lamentablemente, culminan en separaciones y afectan la salud mental de los hijos.
Génesis 2:24 nos brinda una guía relevante al establecer que el hombre dejará a sus padres para unirse a su esposa, formando así una unidad indivisible: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.
En este sentido, se establece un orden de prioridades para el hombre: primero Dios, segundo su esposa y luego sus hijos; después de estos pilares fundamentales, vienen las demás responsabilidades.
¿Cómo están sus prioridades hoy?
- Algunos tienen a sus hijos por encima de sus parejas.
- Otros, tienen a sus padres.
- Dios dice: Dejará el hombre a sus padres y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne (Génesis 2:24)
- Esto lleva implícito “unidad” – Cuando se dice que un hombre y una mujer se convierten en “una sola carne”, se hace referencia a la profunda conexión que se establece en el matrimonio. No se trata solo de una unión física, sino también de una unión emocional, mental y espiritual en la que ambos cónyuges se comprometen a compartir sus vidas en todos los aspectos. Esta expresión resalta la idea de que en el matrimonio, dos personas dejan de ser individuos separados para formar una nueva entidad que trasciende la individualidad. Representa la intimidad, la unión, la colaboración y el compromiso mutuo que se espera en una relación matrimonial sólida y saludable.
- Ejemplo de unidad: Dios en las tres personas (Juan 17:21; Juan 10:30).
- Otros consideran sus trabajos por encima de sus parejas, sacrifican toda su relación sin darse cuenta de que esto conlleva una gran ruina (Lucas 7:24-27; Mateo 6:24).
- Otros, muy equivocados, tienen su carne por encima de sus cónyuges, donde la diversión esta primero, donde el pecado y los problemas les superan y afectan en la relación con Dios (Romanos 16:18).
¿Cómo deberían estar tus prioridades?
Es importante observar la biblia para considerar el orden de prioridades que Dios ha establecido para los esposos.
- El esposo debe tener a Dios en el primer lugar de su vida (Mateo 22:37; Lucas 14:26).
- Seguido de Dios, debe estar su esposa (Efesios 5:25-28).
- Luego, debe amar a sus hijos (Proverbios 13:24).
- Luego a sus padres (1 Timoteo 5:4).
- Y finalmente habrá espacio para lo demás (Mateo 6:33).
Así mismo para las esposas, donde el orden de Dios no tiene cambios, donde se plantea la necesidad de tener las prioridades adecuadas para que los resultados sean los mejores.
Notemos la siguiente apreciación por el escritor Samuel Pérez Millos: “Como alcance de la demanda, Jesús dice que el discípulo Suyo tiene que estar dispuesto a renunciar a los lazos más grandes, humanamente hablando, si ellos resultasen en un obstáculo para la fidelidad a Él. Coloca en esa demanda a la familia personal del discípulo, y habla de la escala familiar, del padre y de la madre, de la esposa, los hijos y los hermanos y hermanas. Quiere decir que los valores más elevados en la vida del hombre, deben ocupar un lugar inferior en el corazón del discípulo[1]”.
Cuando las prioridades están bien, todo lo demás ira bien
Así es. Todo lo que Dios ha diseñado tiene una razón, un propósito; y esta encaminado a la paz espiritual y felicidad plena del que lo vive. Cuando las cosas están en el orden de Dios se logrará contemplar lo que Dios nos ha prometido en la eternidad, una vida llena de gozo (Proverbios 3:1-8).
Veamos una breve apreciación al respecto: Los beneficios de confiar en el Señor son, en primer lugar, favor y honra ante los ojos de Dios y de los hombres (4). Dicho con otras palabras, una buena reputación de cara al mundo; el respeto y las consideraciones que se derivan de una vida recta. En segundo lugar, Él hará que camines por las sendas del bien (6), metáfora que tiene su razón de ser en la construcción de las vías de comunicación (al igual que en Is. 40:3), lo cual viene a sugerir que la confianza en el SEÑOR allanará cuantas dificultades se presenten en la vida[2].
Resta solo preguntar ¿Qué harás con tus prioridades actuales?
[1] Pérez Millos, S. (2017). Lucas (p. 1633). Barcelona, España: Editorial CLIE.
[2] Atkinson, D. (2010). PROVERBIOS. En P. Florez (Trad.), Proverbios y Eclesiastés (p. 92). Barcelona: Andamio.
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