Autor: Luis Felipe Torres Muñoz
Resumen
Es definitivamente importante entender la condición en la cual estamos, escapar si estamos practicando lo malo, y trabajar diligentemente para practicar el bien.
En resumen, podemos decir que existen dos grupos, los buenos y justo y los malos y pecadores. No existe un grupo intermedio, o somos de Dios o somos del diablo.
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No así los malos
En comparación con aquel bienaventurado, el malo es el contrario absoluto. De hecho, podemos encontrar en traducciones de la biblia una doble negación. La porción en si es contundente al afirmar que, el malo mencionado es el opuesto total al bienaventurado y justo hijo de Dios. Por consiguiente, el malo es hijo del diablo.
C.H. Spurgeon dice lo siguiente:
¡Oh, qué terrible resulta imaginar siquiera que nosotros pudiéramos ser merecedores de ese doble negativo de inversión en lo que respecta a estas promesas de Dios!
Ahora, es lo que el versículo en si menciona, una doble negación de aplicación de la promesa de Dios. Ni siquiera por accidente el injusto logrará algo de lo mencionado anteriormente de esas bendiciones.
No hay provecho en la injusticia, solo castigo eterno y destrucción. El malo elije su destino eterno, se asocia con el pecado y su fin será de sufrimiento y dolor.
Luc. 6:45b …y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo;
No esperemos de Dios algo, cuando no vivimos conforme a su voluntad.
Que son como el tamo que arrebata el viento.
El salmista continua con su descripción, relacionando al malo con el tamo que arrebata el viento, algo insignificante, muerto, que carece de sustancia, sin ninguna utilidad, que no sirve para nada; que posteriormente es arrebatada y puesta en su lugar, donde las cosas que no tiene valor estarán.
De hecho, se repite en gran parte de la escritura este destino para los malos delante de Dios.
Job 21:18 Serán como la paja delante del viento, Y como el tamo que arrebata el torbellino.
Sal 35:5 Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose.
Dan 2:35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
Al tener tal condición, podemos inferir lo siguiente, como dice Sir Richard Baker [1568-1645]:
Los malos deben agradecer incluso a los buenos, a aquel mencionado en los versos anteriores, puesto que es por aquel bueno y justo que la tierra aun no es consumida. Las bendiciones que descienden para los justos y bienaventurados son aprovechadas por los injustos, puesto que Dios aun permite al sol dar su brillo, al aire circular, al agua dar vida y a la tierra proveer el alimento, aun la creación existe para sustentar al justo; pero, ¿Qué será del impío cuando el justo termine su labor?
Como ocurrió con Sodoma y Gomorra, donde Abraham le dice al Señor:
Gén 18:23 Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?
Escapa pronto de tal condición, y procura ser aquel bienaventurado, siervo fiel del Señor.
¡Dios nos bendiga!
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