Marcos: El Evangelio que presenta a Jesús como el Siervo Divino en Acción
Continuando con la serie de introducciones a los libros del Nuevo Testamento, el hermano Luis Felipe Torres Muñoz expuso el pasado 7 de noviembre las claves del Evangelio según Marcos. La enseñanza destacó que este libro, a diferencia de Mateo, fue dirigido principalmente a una audiencia romana, presentando a Jesús no tanto como el Rey profetizado, sino como el Siervo de Dios, poderoso y en constante acción.
El mensaje central del libro se resume en su primer versículo: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (Marcos 1:1). El expositor señaló el contraste intencional con el evangelio de Mateo; mientras Mateo 1:1 establece la genealogía judía (“hijo de David, hijo de Abraham”) para su audiencia judía, Marcos 1:1 declara la divinidad de Jesús (“Hijo de Dios”). Este enfoque era mucho más relevante para la mentalidad romana, que no estaba interesada en el linaje judío, sino en el origen divino y el poder.
Se explicó que todo el evangelio de Marcos presenta a Jesús como el Siervo de Dios, un tema que culmina en Marcos 10:45: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Las características únicas de este evangelio, según se enseñó, están ligadas a su audiencia romana. Es el evangelio más corto, conciso y directo. Se caracteriza por la acción y un ritmo rápido, evidenciado por el uso constante de palabras como “luego”, “en seguida” o “al instante”. Marcos se enfoca más en los hechos de Jesús que en sus largos discursos (como el Sermón del Monte en Mateo).
Además, el estilo de Marcos es objetivo; narra los eventos y deja que los hechos hablen por sí mismos. Utiliza “latinismos” (palabras latinas adaptadas al griego) como census (tributo) o centurio (centurión), que serían familiares para sus lectores en Roma, y omite explicaciones detalladas de las costumbres judías.
En conclusión, la lección permitió a la audiencia comprender que el Evangelio de Marcos es una narración poderosa y veloz. Presenta a Jesús como el Siervo divino, validado no por su genealogía, sino por sus obras de poder, su servicio incansable y su autoridad como el Hijo de Dios.




0 comentarios