INTRODUCCIÓN. Los trajes de protección son esenciales en diferentes actividades de la vida.
Las personas que crían abejas, utilizan un traje especial para protegerse de posibles ataques de estos insectos. En ciertas áreas de hospitales se debe usar cierto tipo de ropa para no ser infectado. Los bomberos, al dirigirsen a atender un incendio usan vestidos especiales para protegersen del fuego. Todas estas prendas actúan como armaduras, como protección en estas diferentes áreas; son armaduras defensivas.
El Espíritu Santo dice que el cristiano debe usar también una armadura, que debe usar ciertas prendas de protección para defenderse del adversario, del enemigo que es Satanás.
Pablo era ciudadano romano y en varias ocasiones estuvo a merced de soldados romanos. Él conocía bien el aspecto militar de su segunda patria y usa en varias de sus cartas términos de milicia haciendo analogía con el cristiano. En Efesios capítulo 6 hace esta comparación: toma la vestimenta del soldado romano cuando salía a combate y la compara con la de un cristiano diciendo que la use también, pero en este caso, para ir a la batalla espiritual. Veamos.
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VESTÍOS. Efesios 6:11, “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. Esta es una orden, un imperativo. Así como el soldado obedece órdenes de su superior, el cristiano debe obedecer a su Señor, a Dios. naturalmente que depende del cristiano que la vista, Dios no obliga a nadie, pero si quiere asegurar su victoria final debe obedecer. esta vestimenta no es para admirarla, no es para analizarla; es para vestirla, es para usarla, puesto que sin ella estará desprotegido. Dice 1a. Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. El diablo es superpoderoso en su ataque, es astuto, malicioso, viene con todo su arsenal a arrasar al creyente, nunca sentirá piedad por él, notemos que dice el apóstol Pedro, que el diablo viene a devorar, lo que equivale decir, que viene a destruir, a consumir; no viene a lastimar, viene a acabar con su presa, y algunas de las armas usadas por este ser diabólico son las drogas, el alcohol, los juegos de azar, la pornografía, toda clase de mentira, y si halla al cristiano sin su vestidura, acabará con él sin ningún miramiento.
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ES UNA LUCHA SOBREHUMANA. Efesios 6:12. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Esta batalla no es contra hombres; es contra lo que representan esos hombres que es muchísimo más poderoso que ellos mismos. El cristiano está enfrentando al gobierno de las tinieblas, al bajo mundo satánico. Algunas ideas de este poder diabólico están descritas en 2a. Corintios 10:3-5, dice allí el Espíritu Santo: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios…” La batalla, que es diaria, es contra fuerzas demoníacas en el mundo invisible tales como la mentira, la falsificación del evangelio por parte de hombres corruptos, la falsa ciencia, el evolucionismo, la no diferenciación de sexos, las perversiones ingeniosas de la verdad. Esta no es una batalla contra un enemigo al que se pueda atravesar una espada, o dispararle un arma. Es una lucha contra todo lo que se opone al evangelio , a la verdad.
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VESTIDO COMPLETO. Efesios 6:13 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. La palabra original indica toda la armadura completa, no se está bien cubierto si se lleva sólo parte de ella. ¿Cuál es el propósito de llevar toda la armadura? “para que podáis estar firmes”. Estar firme es vital para el bienestar espiritual. Estar firmes es imprescindible en una batalla, estar firmes es no fluctuar en cuanto a la fe, estar seguro de a quién se está sirviendo.
Madres y padres. Estad firmes en la educación ética y moral de vuestros hijos.
Jóvenes. Estad firmes en la pelea contra las drogas, la rebeldía, el sexo ilícito.
Cristianos. Estad firmes en esa batalla sin cuartel de la santidad que se libra cada día.
Todos tienen días malos en la casa, en la calle, la oficina, la iglesia; aquí el día malo es el del versículo 11, cuando llegan las asechanzas del diablo. Asechar es vigilar y aguardar con cautela el momento propicio para
atacar y causar daño. ¿Han visto cómo las leonas y otros animales asechan con sigilo a sus presas? aguardan, observan, calculan y finalmente atacan mortalmente; cuando el diablo asecha, su propósito es matar, no
dejar herida a su presa. No se sabe que día será. Ese día malo es el de una tentación, una crisis en la vida del cristiano, una reacción violenta, una invitación al dinero fácil, a adulterar el matrimonio y
muchas otras asechanzas. es por eso que se debe estar preparado en todo momento, cubierto con toda la armadura y poder decir triunfalmente: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
A continuación, se nos entrega la vestimenta.
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Cinturón de la verdad. Versículo 14. El cinto era una banda hecha de cuero que sostenía tanto la túnica, como la espada del soldado. Si el soldado no ceñía su vestido, éste estaría suelto y no podría llevar su espada. El cinturón del cristiano es la verdad, todo su ser –mente y actos- debe estar ajustado con la verdad. la mejor manera de derrotar al enemigo y que no falla nunca, es la verdad. Tenga la absoluta seguridad, que siempre la verdad va a exponer al enemigo. La verdad tanto en la vida personal como en la espiritual. La verdad ante los hombres y la verdad ante Dios. La palabra verdad encierra sinceridad. Ser sincero en mi adoración a Dios (Mateo 5:7-9) ¿Cuál es la verdad? “Santifícalos en Tu verdad; Tu Palabra es verdad”. (Juan 17:17). En cambio el diablo ataca con el error, con la falsa doctrina: hace ver el mal como bien, a lo bueno le llama malo. El cristiano debe alimentarse cada día con la verdad, introducirse en ella, vivir por ella y si es necesario, dar la vida por ella. Usted, amable lector ¿Lleva puesto el cinturón de la verdad?
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La coraza de justicia. Versículo 14. Esta prenda cubría desde el cuello hasta la cintura del soldado romano, cubría el pecho, el corazón. La coraza del cristiano es la justicia. “Si sabéis que Él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de Él”. (1a. Juan 2-29), que no nos acuse la conciencia de ser injustos. Ser justo es ser recto tanto con Dios, como con el hombre. Darle a cada cual lo que se merece exactamente, es ser imparcial. La coraza es el amor “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es hijo de Dios”. (1a. Juan 3:10)
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El calzado del evangelio. Versículo 15. Los romanos habían desarrollado un calzado especial con clavos, este elemento le ayudaba a caminar más rápido que su enemigo y le daba estabilidad. En esta batalla diaria del cristiano, el enemigo siempre intentará desestabilizarlo para que tropiece. La palabra apresto denota disposición; disposición para llevar el evangelio. Cuando llevamos el evangelio estamos derrotando a Satanás, estamos llevando la paz donde hay guerra. En la cruz, Cristo hizo la paz por nosotros ante Dios y esa paz ha venido a ser nuestro evangelio (Efesios 2:13-17). Si estamos calzados permanentemente con el evangelio, si nuestro fundamento, nuestro cimiento es el evangelio, podremos estar de pie, firmes, con la seguridad de que no habrá derrota. Si no calzamos nuestros pies y andamos conforme al evangelio, nuestra derrota estará asegurada.
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El sobre todo de la fe. Versículo 16. El escudo del soldado promedio con que salía a la batalla medía aproximadamente 1.20 x 0.75 mts. fabricado con madera y forrado con un grueso cuero. El enemigo ungía la punta de su lanza en brea, la encendía y la enviaba al bando contrario; al quedar clavado en el escudo del enemigo, ésta se apagaba y no conseguía su propósito. Aquí significa protección contra los dardos del diablo, si se mantiene este escudo en alto, en él quedarán clavados los dardos de la duda, de mentira, porque sin fe es imposible agradar a Dios. Al leer sobre esta pieza de la armadura notamos que es la más grande, es como un sobretodo, un gabán, un abrigo que cubre todo el cuerpo, lo protege. Solamente tenemos un escudo: nuestra fe. Esa fe se traduce en la seguridad que tenemos de que Dios nos sustenta. Creemos en sus promesas, y sobre todo en la más grande de ellas: la vida eterna, “ Y esta es la promesa que Él nos hizo, la vida eterna”. 1a. Juan 2:25.
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El yelmo de la salvación. Versículo 17. El yelmo era la pieza de la armadura que cubría y protegía la cabeza. En el cristiano, el yelmo es la mente controlada por Dios. Que el diablo no ponga dudas en la mente respecto a la salvación que viene por medio de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo y que había sido planeada por el Padre desde antes de la fundación del mundo (2a. Timoteo 1:9-10; 1a. Pedro 1:19-20), y que fuimos sellados con el Espíritu Santo (Efesios1:13). No podemos dudar en medio del fragor de la batalla, en medio de las vicisitudes diarias de nuestra salvación, esa es la máxima victoria.
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La espada del Espíritu. Versículo 17. Es la única arma ofensiva contra el enemigo. Es el arma dada por Dios para atacar frontalmente y sin miedo al enemigo. Con la Palabra del Espíritu debemos defender la fe, derribar la falsedad y falsos argumentos, con Ella atacamos al enemigo. Nuestro Señor lo hizo (Mateo 4:3-4,6-7). Es una espada para todo tiempo, “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre,(Isaías 40:8) Por medio de la Palabra se convierten almas, por medio de Ella Dios creó el mundo. La Palabra tiene poder, es un arma eficaz de dos filos (Hebreos 4:12).
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Orando en todo tiempo. Versículo 18. Antes, durante y después de vestirme la armadura de Dios, debo orarle; la armadura se complementa con la oración. El enemigo se enfada cuando los cristianos oran, porque sabe que ese es el conducto regular por medio del cual se comunica con su General, y que es por medio de ese conducto que recibe instrucciones y aliento de Él. El cristiano que milita en las filas de Dios es un orador constante, conoce el gran poder de la oración. El ejército de Dios requiere guerreros de oración. Dice la última parte del versículo que se ore además por todos los soldados que hay en el mundo y que salen cada día a librar esta batalla espiritual, si así lo hacemos, recibiremos la corona. Cantamos, “Después de la batalla nos coronará, nos coronará, Dios, nos coronará”.
CONCLUSIÓN. Seis prendas que debe llevar puestas cada cristiano diariamente, coronadas con la oración. No salgamos de nuestro hogar sin estar vestidos con ellas.. No nos van a proteger de la abejas, ni de los microbios, ni del fuego de los incendios; pero sí tenemos la seguridad que al llevarlas puestas, el triunfo está asegurado, la salvación está a la vista. La gracia sea con todos los que aman a Nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.
Todas las citas, tomadas de la reina Valera 1960.
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