El día de ayer hablamos un poco acerca de la esperanza, mostramos lo que Dios enseña acerca de esto, en cuanto a que las cosas imposibles para nosotros debemos dejarlas a quien todo es posible, a Dios.
Ahora, la escritura tiene mucho que enseñarnos sobre la esperanza, Aquí podemos presentar ante ustedes las palabras que Dios nos ha declarado, para que usted recargue su horno de su propio corazón con esta leña que puede hacer de su llama algo fuerte y grande, la flama de la esperanza divina.
(Salmos 42:5) ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
(Salmos 71:5) Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud.
(Salmos 130:5) Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado.
(Jeremías 31:17) Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.
(Romanos 15:4) Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
Considere cada uno de estos pasajes y comprenda que Dios solo espera que usted confíe en Él y que siga usted el camino que Él ha trazado… así la luz de la esperanza en su vida nunca menguará.
En Cristo; L. Felipe Torres M.
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