Asamblea en la carpintería

Categoría: Reflexiones

Fecha Publicación: May 12, 2019

Hubo en la carpintería una extraña asamblea; las herramientas se reunieron para arreglar unas diferencias. El martillo fue el primero en ejercer la presidencia, pero la asamblea le notificó que debía renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido, y se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo reconoció su culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo: había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió la expulsión de la lija: era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, pues se la pasaba midiendo a los demás, como si él fuera perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo, utilizando alternativamente el martillo, la lija, el metro y el tornillo.

Al final, el trozo de madera se había convertido en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la asamblea reanudó la deliberación. Dijo el serrucho:

Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos en nuestras flaquezas, y concentrémonos en nuestras virtudes.

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias pasaron a segundo plano.

Reflexión

Cuando en la iglesia del Señor nos enfocamos en encontrar defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, florecen los mejores logros. Es fácil encontrar defectos – cualquier necio puede hacerlo – pero encontrar cualidades es una labor para los cristianos con espiritualidad madura, capaces de inspirar el éxito en los demás.

Los espirituales maduros restauran y animan:

(Gálatas 6:1) Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

Los espirituales maduros edifican y estimulan:

(1 Tesalonicenses 5:11) Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.

(Hebreos 10:24) Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;

Los necios que atan cargas pesadas:

(Mateo 23:4) Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.

Conclusión

No sea un hermano o miembro enfocado solo en criticar; procure también animar y edificar, la iglesia del Señor necesita avanzar, no retroceder.

Su amigo en Cristo; L. Felipe Torres M.

Luis Felipe Torres Muñoz

Un servidor de Cristo en la iglesia de Cristo Manizales, cristiano desde el año 1999, Casado con una gran mujer, Juliana Arboleda y bendecido con 2 hermosos hijos, Maria Camila y Juan Felipe, con el deseo firme de servir a Dios con todo mi corazón. Rogando a Dios su favor siempre y misericordía para con cada uno de mis hermanos y mi persona.

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