Autor: Luis Felipe Torres Muñoz
Resumen
Sal 2:1-12
- ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?
- Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
- Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.
- El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
- Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira.
- Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.
- Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.
- Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.
- Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
- Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra.
- Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.
- Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.
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Una Introducción al salmo 2
C. H. Spurgeon dice lo siguiente con relación al salmo 2:
El tema central de este salmo es el establecimiento y consolidación de David como rey sobre su trono por encima de toda oposición de parte de sus enemigos. David asume en este salmo un papel que conlleva doble carácter: por un lado literal y, por otro, alegórico.
Este salmo, según algunos expertos afirman, es el salmo del Mesías Príncipe. Presenta como los pueblos se alzaron a una contra el Enviado de Dios, nuestro Señor Jesús.
De hecho, son varias las referencias que hace el Espíritu Santo que nos remiten a este salmo en particular:
Hch 4:25-26 25que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? 26Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo.
Y otras referencias más que apuntan a nuestro Señor Jesús.
Así que demos inicio al estudio de esta porción de las sagradas escrituras y preparemos el corazón para conocer, como antes de su llegada, ya estaba profetizado todo aquello que el Señor Jesús llevaría a cabo y sufriría por nuestra causa.
¡Dios nos bendiga!
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