Autor: Luis Felipe Torres Muñoz

Resumen

Como seres racionales, pensantes y dotados de inteligencia, debemos considerar en que camino estamos andando, evaluar si ese camino es reconocido por Dios, aceptado por Él, para no caer en desagracia y perder nuestra bienaventuranza eterna.

Cuando no evaluamos nuestros caminos, podemos perder el objetivo, endurecer nuestro corazón y llegar a la muerte sin Dios. Cuida tu camino, evalúa si lo que haces es aceptado por Dios.

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Porque Jehová conoce el camino de los justos

Cuan refrescante y esperanzador es esta porción del salmo 1:6 debido a su mensaje implícito y directo, donde exclama que Dios conoce el camino de los justos, ese termino “conoce” en este contexto bíblico determina que Dios acepta, reconoce como suyo el andar del justo, por lo tanto, en ese reconocimiento le recibe y le da esperanza de vida eterna.

Ahora, Dios conoce todos los caminos, el sabe los asuntos de los hombres, pero solo reconoce a los suyos cuando andan en el camino del bien.

Pro 5:21 Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera todas sus veredas.

Incluso el justo Job exclama lo siguiente:

Job 23:10-11 ¹⁰Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro. ¹¹Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté.

Cuan importante es comprender el mensaje de Dios, brinda esperanza y ayuda, consuelo y dirección, y el considerar la voluntad de Dios nos hace seguir sus caminos, aquellos que son reconocidos por Dios, aceptados como justos y de bien, que conducen hacia la vida eterna en Cristo.

Wilcock, M. dice lo siguiente:

Los justos y los impíos aparecen en plural en este Salmo 1; y tanto nuestra presente experiencia como nuestro destino futuro (v. 6) dependen de la compañía en la que estemos, y ello no sólo de nombre, sino de hecho y en verdad (tal como da a entender el camino)[1].

Cuando el creyente no anda conforme a la voluntad de Dios se aparta del camino del justo, se conforma a este siglo, su salvación estará en juego.

¡Dios nos bendiga!

[1] Wilcock, M. (2012). Salmos: Cantos para el pueblo de Dios. (P. Florez, Trad.) (1a edición en castellano, Vol. 1, p. 36). Barcelona; Grand Rapids, MI: Andamio; Libros Desafío.