Un estudio sobre los hombres que son llamados por Dios al servicio entre los santos, a participar activamente, de la mano con los ancianos, en la organización y crecimiento del pueblo de Dios.
Introducción
Cuando Pablo escribe a Timoteo y a la congregación conflictiva de Efeso cerca del año 63 A.C, ve necesario dar instrucción en cuanto a los diáconos. En 1 Timoteo 3:8–13 insiste en que los diáconos, al igual que los pastores, deben cumplir ciertos requisitos y ser probados públicamente antes de que presten sus servicios. Como no quería que la posición de los diáconos fuera minimizada por otros o por ellos mismos, Pablo asegura que los diáconos que presten bien sus servicios adquirirán una posición honrosa e influyente en la iglesia local. Pablo también afirma que ellos verán crecer su fe en Cristo; él escribe: “Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús” (1 Timoteo 3:13).
Pero ¿quiénes son estos diáconos que “ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe?”. ¿Qué hacen? ¿Por qué son tan importantes para la vida de la iglesia local?
Hoy en día existe un marcado interés en cuanto a estos interrogantes, que surgió en las últimas tres décadas. En casi cada denominación y brazo del cristianismo, se hacen esfuerzos por descubrir el propósito de Dios para los diáconos. Un estudio sobre el diaconado llegó a la conclusión de que: “La iglesia en todo el mundo está en conmoción con nuevas ideas acerca del diaconado como un cargo dentro del ministerio”. (La palabra diaconado denota el oficio del diácono).
Debemos estar agradecidos por las cosas buenas que hay en esta búsqueda y estar contentos por tener la oportunidad de aprender de ellas; pero existe todavía un problema serio y fundamental en cuanto al diaconado: casi no se tienen en cuenta los textos bíblicos y los parámetros establecidos allí para los diáconos. Este problema es sintomático de un problema mucho más grande entre los cristianos de hoy, lo que es una vergonzosa falta de confianza en la santa Escritura inspirada por Dios. Pero, como veremos, la Escritura es perfectamente suficiente para responder nuestras preguntas sobre los diáconos. Claro está, el único diaconado que vale la pena descubrir es el que se encuentra en las páginas del Nuevo Testamento, el cual ha sido inspirado por Dios. No importa qué tan limitada pueda parecemos esta información al principio; Dios, en su sabiduría perfecta, nos ha dado toda la información que necesitamos.
Sí no estudiamos los textos de la Santa Escritura adecuadamente o no nos limitamos a la enseñanza bíblica recibida en cuanto a los diáconos, invariablemente arruinamos el propósito de Dios y creamos un diaconado a partir de nuestra propia imaginación.
Lección No. 1 – Los diáconos, ¿Quiénes son? | DESCARGAR PDF – DESCARGAR POWER POINT
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