La iglesia de Cristo en Manizales está de plácemes, y quiero compartir con ustedes esta gran alegría. El pasado 29 de diciembre es una fecha que quedará grabada en la historia de la iglesia local, puesto que ese día fue subsanada una deficiencia que arrastraba desde años atrás; fueron establecidos dos ancianos como oficiales de la grey, y así hemos obedecido el mandamiento del Señor en ese sentido. Este propósito comenzó dos años atrás y lo fuimos desarrollando con el liderazgo del Señor Jesús, y el pasado 29 de diciembre de 2.019 vimos culminado este objetivo divino; los hermanos Juan Cifuentes Holguín y Luis Felipe Torres Muñoz fueron establecidos por la congregación como pastores de la iglesia de Cristo en Manizales.
El hermano Juan Cifuentes Holguín lleva sirviéndole al Señor en Su iglesia aproximadamente 23 años y es reconocido entre la grey por su buen testimonio, y quiere seguir sirviéndole por mucho más tiempo; casado y con un hijo.
Por su parte, el hermano Luis Felipe Torres Muñoz, es miembro de la iglesia del Señor hace 20 años, y de su buen testimonio y fidelidad al Señor dan cuenta, no sólo los miembros de la iglesia local, sino los hermanos de cada congregación donde ha sido miembro debido a su trabajo itinerante; casado y con dos hijos.
Ceremonia en la que establecimos ancianos en la iglesia de Cristo Manizales.
Los pastores Juan Cifuentes H. y Luis Felipe Torres M. junto a Álvaro Sepúlveda C. evangelista de la iglesia del Señor en Manizales y su esposa Mónica Ramírez T.
El hermano Luis Felipe Torres M. su esposa Juliana Arboleda y sus dos hijos Juan Felipe y María Camila junto a otros hermanos de la iglesia.
Nuestros dos pastores, ancianos u obispos como los denomina la Biblia; Juan Cifuentes Holguín y Luis Felipe Torres Muñoz.
La iglesia celebrando con un convivio el gozo producido por el establecimiento de ancianos.
Oramos a Dios para que les dé a estos hombres sabiduría y así poder guiar a Su iglesia hacia el cielo, y animo a los diferentes predicadores, para que donde no los hay, establezcan ancianos en cada ciudad como lo manda el Señor.
Álvaro Sepúlveda C.
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