Este tema me llamó mucho la atención desde hace algún tiempo, más que todo por la vivencia de un amigo. Este amigo iba conduciendo, y casi se mata, y me contó su experiencia, y también la de una amiga de él. la chica estaba en un café, tranquila, con su esposo, cuando menos pensó un conductor que estaba ebrio pasó por el café, destruyó la ventana junto a la pared, mató a 14 personas, y a ella la dejó en coma. Lo sorprendente de esto es que pasó alrededor de hace un mes, y despertó hace 20 días aproximadamente, y apenas despertó dijo “gracias Dios por esta nueva oportunidad.”
Me pareció algo muy interesante, porque nosotros nunca sabemos cuándo nos va a pasar una de estas cosas, si vamos a estar bien delante de Dios cuando nos pase; y Dios quiera que no, pero no estamos exentos de nada de esto, por esto debemos procurar siempre llevar una vida recta delante de Él, correctamente, y también afuera, porque como nos predicó el hermano Paulo, “el Cristiano se reconoce fuera de la iglesia.”
Les voy a poner un ejemplo, y es de un hombre del que hablan las escrituras. Este hombre fue totalmente fiel al Señor, y creo que fue uno de los hombres que más admiro que estuvo al servicio de Dios. Este hombre dedicó prácticamente toda su vida al Señor, llevando un pueblo desagradecido, chismoso, que hablaba a sus espaldas.
Todo esto le pasó a Moises, un hombre recto delante de Dios llegó a un momento en el que ya no pudo más, o tal vez estaba algo desesperado por todo lo que estaban hablando a sus espaldas. Un poco de contexto es que estaba Moisés junto a Aarón, y todo el pueblo se puso contra ellos, y empezó a decirles que tenían sed, que por qué los habían sacado de Egipto si allá estaban bien, por qué los habían sacado solamente para morir de sed en el desierto. Entonces el Señor le dijo a Moisés que le hablara a una piedra para saciar la sed de todo el pueblo, los animales, y su ganado. Número 20:11-12. Esto incluía también a Moisés, y esta fue la razón por la que Moisés no pudo entrar a la tierra prometida. Más de cuarenta años yendo por el desierto para al final simplemente verla de lejos, y me puse a pensar, si esto le pasó a un hombre como Moisés, recto delante de Dios, que estuvo siempre fiel, y que soportó tantas cosas por Él, entonces, ¿qué nos impide a nosotros que esto nos pase?
Tenemos una doctrina sana, buenos predicadores, la verdadera palabra en nuestra iglesia. Estamos, como nos ha dicho nuestro hermano Felipe, “obesos” espiritualmente, pero esto no significa que nos vamos a salvar. Si nosotros en realidad estamos sirviendo a Dios, se va a ver reflejado en nuestras obras, así que empecemos a dar nuestro mejor esfuerzo. Ya vimos lo que le pasó a Moisés, así que no estemos tan seguros de cómo estamos caminando, y si estamos caminando bien, como dice la palabra, miremos bien dónde pisamos.
También pongámonos a pensar, cuando nos vayamos, ¿tendremos historia como Moisés u otros grandes? ¿Qué van a decir de nosotros? ¿Vamos a dejar una buena vista ante todos? Y más importante aún, ¿qué va a decir Dios de nosotros cuando estemos allí al frente?
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