Ama a tu esposo, pero no lo ames más que a Dios
Nadie debe ocupar el lugar de Dios en tu vida. Tu primera devoción y tu primer amor deben ser ofrecidos únicamente al Señor. Cuídate de no hacer de tu esposo un ídolo, al que le dedicas lo mejor de ti. Recuerda que Dios es un Dios celoso (Exodo 20:4-5).
Te someterás a tu esposo
El llamado que Pablo le hizo a las casadas, era de sujetarse a sus maridos. Él decía “las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:22-23). La mujer está llamada a someterse a su esposo como una muestra de reverencia a Dios. Él te pide que lo respetes, aun cuando pienses que está equivocado, en los desacuerdos y aún si tu esposo no es creyente. En este sentido es vital apoyar y respetar las decisiones del esposo.
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