Por Luis Felipe Torres
Introducción
Cómo todas las iglesias del SeƱor, la iglesia en JerusalĆ©n, a pesar de contar con los apóstoles, hombres llenos de fe y del EspĆritu Santo, no estaba alejada de los problemas o dificultades normales que tienen las iglesias de Dios alrededor del mundo. Al contrario, son un claro ejemplo de como la carnalidad, el asedio, el pecado, la envidia, la murmuración puede afectar y ralentizar la obra de Dios en muchos. AsĆ que, no nos extraƱemos frente a esto, ya que como bien se dice: āhay de todo en la viƱa del SeƱorā ā Aunque no debiera de ser asĆ.
CentrÔndonos entonces en esto, vamos a considerar algunos de esos problemas, de esas dificultades que los apóstoles, ancianos y diÔconos tuvieron que sortear entre los santos de Jerusalén.
La persecución de las autoridades
Es bastante comĆŗn leer en los primeros capĆtulos del libro de Hechos como la iglesia del SeƱor era perseguida por los sacerdotes judĆos, por los romanos incluso, que, por evitar protestas o rebeliones, buscaban la manera de frenar el cristianismo, que era la causa de discusión en aquellos dĆas.
Hechos 4:1-3 1Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, 2resentidos de que enseƱasen al pueblo, y anunciasen en JesĆŗs la resurrección de entre los muertos. 3Y les echaron mano, y los pusieron en la cĆ”rcel hasta el dĆa siguiente, porque era ya tarde.
Ahora, no sucumbieron frente a esta primera prueba, valientemente los apóstoles dieron respuesta de aquello que habĆa sucedido y siendo liberados, vuelven a los suyos con gozo y una fe mucho mĆ”s confirmada por causa de la tribulación y persecución por el nombre del SeƱor JesĆŗs.
Hechos 4:23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habĆan dicho.
Hechos 4:29 Y ahora, SeƱor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
Y toda esta situación, tuvo como resultado una iglesia con mĆ”s confianza en Dios, con mayor deseo de unidad y comunión. No hubo entre ellos motivo alguno para disolverse, como habĆa sucedido anteriormente con otras revoluciones:
Hechos 5:36-37 36Porque antes de estos dĆas se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A Ć©ste se unió un nĆŗmero como de cuatrocientos hombres; pero Ć©l fue muerto, y todos los que le obedecĆan fueron dispersados y reducidos a nada. 37DespuĆ©s de Ć©ste, se levantó Judas el galileo, en los dĆas del censo, y llevó en pos de sĆ a mucho pueblo. Pereció tambiĆ©n Ć©l, y todos los que le obedecĆan fueron dispersados.
Ahora los creyentes eran uno, y fue esa unidad la que hizo que la iglesia prevaleciera a pesar de esas dificultades.
Hechos 4:32 Y la multitud de los que habĆan creĆdo era de un corazón y un alma; y ninguno decĆa ser suyo propio nada de lo que poseĆa, sino que tenĆan todas las cosas en comĆŗn.
Después de aquella situación, los apóstoles retoman su labor, con mÔs fervor, pero nuevamente son encarcelados por causa de su predicación.
Hechos 5:17-18 17Entonces levantÔndose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; 18y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cÔrcel pública.
Los hombres de aquel entonces querĆa matarlos, se llenaron de ira en gran manera.
Hechos 5:33 Ellos, oyendo esto, se enfurecĆan y querĆan matarlos.
Pero nuevamente el favor de Dios esta con ellos, y salen de aquel lugar, aun con mÔs gozo del anterior y siguen su labor de evangelización.
Hechos 5:41-42 41Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. 42Y todos los dĆas, en el templo y por las casas, no cesaban de enseƱar y predicar a Jesucristo.
Ahora, despuĆ©s de esto, la persecución no se detiene, y vemos entrar en escena a Esteban, un servidor de la iglesia en JerusalĆ©n, hombre piadoso y lleno del EspĆritu Santo. Tomado por el pueblo, es apedreado y aquĆ se ve una primera victima por causa del testimonio del Hijo de Dios.
Hechos 6:8-9 8Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacĆa grandes prodigios y seƱales entre el pueblo. 9Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de AlejandrĆa, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.
Hechos 6:12 Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio.
Y aunque Esteban les hablo con verdad, aquellos hombres endurecieron sus corazones y como resultado echaron sobre si otra sangre inocente.
Hechos 7:54 Oyendo estas cosas, se enfurecĆan en sus corazones, y crujĆan los dientes contra Ć©l.
Hechos 7:57-60 57Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oĆdos, y arremetieron a una contra Ć©l. 58Y echĆ”ndole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59Y apedreaban a Esteban, mientras Ć©l invocaba y decĆa: SeƱor JesĆŗs, recibe mi espĆritu. 60Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: SeƱor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Con esta muerte se detono una gran persecución contra los cristianos. Los hombres malvados pensaron que aquĆ terminarĆa todo, que con esta muerte los cristianos se darĆan por vencidos, pero lo Ćŗnico que provoco fue una expansión del reino de Dios a gran escala.
Hechos 8:1 Y Saulo consentĆa en su muerte. En aquel dĆa hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en JerusalĆ©n; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.
Hechos 8:4 Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.
Hechos 11:19-21 19Ahora bien, los que habĆan sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y AntioquĆa, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judĆos. 20Pero habĆa entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en AntioquĆa, hablaron tambiĆ©n a los griegos, anunciando el evangelio del SeƱor JesĆŗs. 21Y la mano del SeƱor estaba con ellos, y gran nĆŗmero creyó y se convirtió al SeƱor.
Fue un gran error de estos hombres malvados el pensar que la muerte, la persecución, las amenazas detendrĆan lo obra de Dios. Al contrario, esto provoco que la palabra llegara a muchos lugares. El consejo dado por Gamaliel resulto correcto.
Hechos 5:38-39 38Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerƔ; 39mas si es de Dios, no la podrƩis destruir; no seƔis tal vez hallados luchando contra Dios.
Ahora, la persecución ya no solo serĆa de los judĆos (saduceos) malvados que se oponĆan a la obra de Dios. Entra ya los gobernantes a tomar cartas en el asunto, a tratar de frenar la propagación del evangelio. Herodes, o mĆ”s bien Agripa I que reino desde el aƱo 42 hasta el aƱo 44 d. C empieza otra severa persecución. Ya no solo son judĆos llenos de odio, ahora la iglesia debe lidiar con el rey mismo de aquella tierra.
Hechos 12:1-3 1En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. 2Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. 3Y viendo que esto habĆa agradado a los judĆos, procedió a prender tambiĆ©n a Pedro. Eran entonces los dĆas de los panes sin levadura.
Pero, a pesar de la muerte del primer apóstol, la obra no se detiene, por el contrario, se esparce mÔs el evangelio y muchos alaban el nombre de Dios.
Sin lugar a duda, vemos claramente que la persecución enfrentada por la iglesia del SeƱor no fue una excusa para que el cristianismo se detuviera en aquel entonces, y tampoco lo serĆ” hoy dĆa.
La solución al problema de la persecución es la oración, es la fe, es el amor por la obra de Dios. Y hacer que esta prevalezca, incluso si esto llega a costar nuestra vida.
Para el verdadero creyente, el verdadero cristiano, no existe motivo o razón para abandonar la obra de Dios.
El cristiano de hoy, como lo primeros cristianos, debe creer en estas palabras:
Salmos 116:15 Estimada es a los ojos de JehovĆ” La muerte de sus santos.
Filipenses 1:23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchĆsimo mejor;
Apocalipsis 14:13 OĆ una voz que desde el cielo me decĆa: Escribe: Bienaventurados de aquĆ en adelante los muertos que mueren en el SeƱor. SĆ, dice el EspĆritu, descansarĆ”n de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
Realmente es importante para nosotros como pueblo de Dios hoy, que no importa lo que ocurra, lo que realmente importa es nuestra determinación, nuestra capacidad de encontrar en las dificultades las razones suficientes para entregar incluso nuestra vida por la causa de Cristo.
Saque de su mente el miedo, el terror de lo que se observa, comprenda mejor que lo que ocurre es el resultado de un mundo plagado de pecado. Un mundo que le dio la espalda a Dios desde el principio.
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