Nuestra Responsabilidad Como Miembros de una Iglesia

Fecha Publicación: Oct 17, 2022

Quiero que alcen la mano los que son miembros de esta iglesia. Bueno, son todos, ¿cierto? Quiero que alcen la mano los que son miembros de una familia. Todos son miembros de una familia.

Esta primera pregunta que acabo de hacer es, ¿usted es miembro de la iglesia de Cristo? Todos alzaron la mano. ¿Son miembros de una familia? Sí, también alzaron la mano.

¿Qué hace cuando usted es miembro de una familia? ¿Se queda acostado en su cama sin hacer nada? ¿Qué espera? Por ejemplo, alcen la mano los que son padres. ¿Qué pasa si ustedes como padres ven a un hijo acostado en su cama sin hacer nada? ¿Les agrada? ¿Qué pasa si hay una mancha sucia en la casa, y su hijo pasa y pasa y no la limpia? ¿Qué hace usted como madre? Se enoja. ¿Qué pasa cuando por ejemplo hay un sillón torcido y el hijo pasa y pasa, y no hace nada? Por lo general las madres siempre dicen “yo soy siempre la de todo en esta casa, y nadie me ayuda.”

¿Qué creen ustedes que ocurre en la iglesia? ¿Acaso no ocurre lo mismo? ¿Por qué nosotros, si tenemos tantos deberes y responsabilidades en el hogar porque somos miembros de una familia, decimos ser miembros de una iglesia y no compartimos la misma responsabilidad?

Ha pasado curiosamente de que los hermanos a veces piensan que cuando sirven aquí en este púlpito, dirigiendo una cena, una ofrenda, o cuando hacen aseo en el local de reunión, eso es ayudar o apoyar a los pastores de la iglesia. ¿Es eso correcto? No. Este es el deber como miembro de la iglesia del Señor. A todos nos tiene que doler lo que somos como iglesia del Señor, nos tiene que doler la obra. Usted no le está haciendo el favor a los pastores de la iglesia, usted no le está haciendo el favor a nadie, esta es la responsabilidad suya ante Dios.

Quise evocar esa parte de la familia, porque a veces nosotros pensamos que la familia funciona diferente a como funciona la iglesia del Señor.

¿Qué pasa cuando el hijo está trabajando en casa y no ayuda con una factura? Si el hijo está ganándose su salario, usted no lo va a tener en casa así como así, de buenas a primeras, ¿o sí? ¿Cuando el hijo está trabajando debe ayudar en casa con las facturas por ejemplo? Sí, debe de ayudar en la casa. Entonces, ¿por qué en la iglesia del Señor no nos ocupamos nosotros de ofrendar adecuadamente si también es una familia?

Quiero empezar con muchas preguntas antes de que nos sumerjamos a la Biblia, y veamos el consejo de Dios con relación a ser miembros de una iglesia.

¿Qué pasa cuando por ejemplo en un hogar el hijo se la pasa todo el día viendo televisión sin mover un dedo? El papá se enoja, ¿cierto? Porque no está haciendo nada. ¿Qué creen ustedes que ocurre cuando un miembro está sentado en una silla sin hacer nada? ¿No es lo mismo? Cuando nosotros somos inactivos en la iglesia, y no nos ocupamos de las cosas de Dios, ¿qué pasa con eso? Él es nuestro Padre. Él también se va a enojar. Haga de cuenta que usted es el muchacho que está tirado en la cama, solo viendo televisión, sólo viendo al predicador, sin mover un solo dedo. ¿Es eso justo? No lo es. ¿Qué hay que hacer? Ocuparnos, responsabilizarnos de la obra de nuestro Dios.

Son tantas las cosas que a veces los Cristianos fallamos con relación a nuestra membresía, que pensamos que la iglesia solo es responsabilidad de los pastores y de los diáconos. ¿Acaso el hogar es responsabilidad solamente de los padres? ¿Los hijos no tienen que trabajar e involucrarse también? ¿Los hijos no tienen que hacer aseo en la casa, lavar el baño, barrer, trapear, acomodar el sillón, velar incluso hasta por hacer algo?

Vamos a colocar otro ejemplo para los hermanos que tal vez piensan que pueden ir y visitar otras iglesias demasiadas veces, frecuentemente. ¿Qué creen ustedes que, cuando el padre de familia involucra a todos en el hogar a que se responsabilicen, acaso un hijo puede decir “no, es que yo no voy a hacer la tarea en mi casa. Voy a ir a barrerle la casa al vecino”? ¿Es eso correcto? ¿Cómo verían ustedes a un hijo suyo haciendo muchas labores por fuera en otros hogares, pero no moviendo un dedo en la casa propia?

¿Se vería eso adecuadamente? O vamos a poner este otro ejemplo que es un poco más polémico: ¿Qué tal si su hijo en lugar de pagarle la factura a usted de la luz, va y se la paga al vecino? ¿Es correcto? ¿Qué piensan ustedes por ejemplo de un hermano que deja de ofrendar en la iglesia, y se va a ofrendar a otra iglesia? ¡Es lo mismo! Está dejando de pagar la factura en la casa para ir a pagar la factura al vecino.

Si la iglesia del señor nos provee a nosotros de todas las necesidades que tenemos en la parte espiritual, ¿Por qué nosotros no responsabilizarnos y ocuparnos de las cosas de la iglesia del Señor? Estamos hablando de muchos asuntos de responsabilidad. Debemos aprender a ser responsables con las cosas de Dios. No es hacerle un favor a alguno de nuestros ancianos o diáconos. ¿Es la iglesia de nosotros? De ser así, yo me gasto esa ofrenda. Pero la iglesia no es de nosotros, la iglesia es de Dios. Por lo tanto nosotros deberíamos de ser responsables, y como padres esperamos que nuestros hijos sean responsables en el hogar. Deberíamos nosotros de comenzar a dar el ejemplo a nuestros hijos de empezar a ser responsables con la iglesia del Señor.

¿Por qué no responsabilizarnos nosotros de las cosas que Dios ha colocado en nuestras manos? Efesios 1:3. Queremos de Dios la bendición, pero no la obligación. queremos recibir, pero no queremos dar nosotros. Queremos que se nos atienda sentados en una silla, pero no queremos ser miembros activos de la iglesia del Señor. Y la pregunta con relación al tema de que en el hogar, en la familia, tenemos responsabilidades, ¿por qué ignorar las responsabilidades, o los deberes que tenemos en la iglesia del Señor? Dios nos ha bendecido a todos nosotros con bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo. ¿Qué debería hacer un cristiano que realmente reconozca esto, y esté comprometido con la iglesia del Señor? Corresponder adecuadamente a eso que Dios ha hecho por todos nosotros. No corresponderle a Dios de esa manera sería nosotros ser ingratos. 

Cuando nosotros hemos obedecido al evangelio, hemos sido añadidos a la iglesia universal. Bien lo dice la palabra de Dios en Mateo 16:18, que Cristo vino a edificar una iglesia. Ahí está hablando en el sentido universal. Todos pertenecemos a la iglesia universal, pero también se habla de la iglesia local. Cuando uno ve, por ejemplo, las cartas que escribe el apóstol Pablo a las diferentes iglesias, habla de la iglesia en Corinto, de la iglesia en Galacia, de la iglesia en Éfeso, de la iglesia en Tesalónica, de la iglesia de La Odisea, de la iglesia en Creta, de la iglesia en diferentes lugares, en Roma incluso.Cada iglesia operaba localmente, y cada Cristiano, miembro de una iglesia local, sabía que era responsable de la obra donde Dios lo había colocado. La iglesia del primer siglo no tenía miembros inactivos, todos los miembros de la iglesia del Señor andaban diligentes, procurando predicar la Palabra de Dios por dondequiera que ellos iban, como lo dice en Hechos 8. Después de la muerte de Esteban, vemos nosotros cómo los Cristianos fueron perseguidos, iban por todas partes anunciando el Evangelio del Reino de Dios.

¿Por qué la iglesia tuvo esa contundencia, este crecimiento tan grande en aquel entonces? Porque todos los Cristianos estaban comprometidos. Hemos hablado un sinnúmero de veces aquí acerca de la necesidad que tenemos nosotros como hijos de Dios de estar comprometidos con la obra. Han escuchado ustedes la anécdota con relación al cerdo y la gallina. La gallina sólo colocaba el huevo, pero el cerdo tenía que colocar la carne. Él se tenía que involucrar con todo lo que era. Siempre hemos hecho énfasis en eso, pero parece que nosotros no entendemos aún que tenemos un deber, una responsabilidad, para con la iglesia del Señor.

En algún momento hemos dicho que si logramos entender que la iglesia es una responsabilidad de todos nosotros, debería de sobrar los hombres para ser pastores, para ser diáconos, debería de sobrar las mujeres para estar al servicio de la obra de Dios, mujeres dispuestas a trabajar, a escuchar el mensaje de Dios. Pero debemos insistir todavía en que los hermanos se involucren, que vayan a las reuniones. Parece uno suplicándoles y rogándoles para que puedan incluso hasta asistir a una reunión que lo único que busca es ofrecerles alimentarlos, nutrirlos, para que sepan decidir vivir adecuadamente conforme a los principios de Dios.

¿No quieren vivir en paz? Todos quieren vivir en paz. Todos quieren vivir en un hogar donde está Dios presente, ¿cierto? Entonces, ¿por qué seguir haciendo lo mismo de siempre? ¿Por qué no empezar nosotros por comprometernos con las cosas de Dios?

Hay que recordar lo que, el apóstol Pablo cuando escribe a la iglesia en Corinto, habla con relación a la iglesia. 1 Corintios 12:27. Si hay un miembro en el hogar que no funciona, ¿qué hacen los padres? ¿Se queda callado? ¿Le aplaude a su hijo por no hacer nada? ¡No! Hay una mamá enojada, un papá disgustado. Y somos nosotros a veces con nuestros hijos “bueno, ¡pellizquese pues! ¡levántese de ahí! Empiece usted a preocuparse y responsabilizarse por las cosas del hogar.” ¿Por qué no hacer lo mismo con la iglesia?

Ahora, los hijos se enojan, ¿sí o no? Pero yo no he visto a un hijo decir “es que mi papá me regaña mucho. Me voy de la casa y NUNCA vuelvo, y les voy a dejar de hablar.” ¿Por qué entonces sí lo hacen con la iglesia? ¿Por qué cuando uno les llama la atención, y les exhorta se van bravos y enojados, y no vuelven? Cuán diferente operamos nosotros con las cosas de Dios con relación al tema del hogar.

Yo no he visto a un niño pequeño, por ejemplo, recién nacido, y voy a hacer una analogía aquí para los hermanos nuevos: un hermano se bautiza, es un bebé en Cristo; ¿es acaso usted de los padres que dice “¡Uy! ¡Hace días no veo al bebé mío!” A los que tienen hijos pequeños, a usted se le pierde su niño pequeño y se preocupa. Si no lo ve por más de 15 minutos usted está preocupado. ¿Por qué no hacer lo mismo con los hermanos nuevos? Hay que buscarlos, a ver si fue que se perdieron.

La iglesia funciona como una familia en todo su sentido. Yo no he visto tampoco a un hijo pequeño de 5 o 6 años al que se le llamó la atención, porque estaba de pronto siendo desordenado, que pase bravo con sus papás por uno a dos años. ¿Por qué entonces usted sí se pone bravo con su hermano que le llama la atención? Yo no he visto nunca a un hijo que empiece a hablar mal de sus papás por dondequiera que vaya… ¿Qué creen ustedes que cuando un hijo de 5 o 6 años que es desobediente no vuelve a la casa, será que sus papás se quedan así? ¿Qué pasaría, ustedes que tienen hijos pequeños, si su hijo un día no regresa de clases? Llamaría al número de emergencias, empiezan a poner la denuncia en la policía, averiguar qué fue lo que pasó, empieza la incertidumbre. Bueno, y ¿por qué en la iglesia del Señor no funciona así?

La iglesia del señor funciona como una familia. La familia, cuando hay un miembro inoperante que se la pasa sentado y quieto, llama la atención de los padres, empiezan a preocuparse a ver si está deprimido, si se está perdiendo, o si es perezoso, no se le puede alcahuetear, etc… ¿por qué entonces en la iglesia a veces los hermanos somos inactivos, no se nos siente, no se nos escucha, no se nos ve? ¿Por qué actuamos nosotros de esa manera?

Nosotros tenemos muchas responsabilidades ante Dios, y ¿qué involucra ser un iglesia?

Lo que involucra ser una iglesia es ser “miembros los unos de los otros cada uno en particular,”  (1 Corintios 12:27) ser miembros del cuerpo de Cristo. La iglesia es un grupo de personas que están en ese mutuo acuerdo de formar una congregación según el patrón divino, para adorar a Dios, cada uno de nosotros juntos, como unidad, como una familia.

A lo largo de la palabra de Dios, sobre todo en el Antiguo Testamento se dice que el pueblo de Dios es la familia de Dios, la casa de Dios. Muchos términos son aplicados a esto, donde podemos nosotros comprender cada una de estas cosas. Como miembros de una iglesia local, participantes de la familia de Dios, tenemos la bendición y privilegio de cantar juntos. Colosenses 3:16 enseña que es en la iglesia, unidos como iglesia, donde nosotros podemos tener cada una de estas bendiciones. También la de orar, orar juntos, como enseña Efesios 6:18. ¿Acaso usted no ora por sus hijos, por su cónyuge? ¡Claro que lo hace! ¿Por qué no ora también por sus hermanos y su familia espiritual? Tenemos esa responsabilidad, hasta el punto incluso de que –y puede llegar a sonar un poco fuerte– la familia espiritual llega a ser hasta más importante que la familia en la carne, porque compartimos la “una fe,” el “un Señor,” el “un bautismo,” el creer una misma cosa. 

¿Qué más involucra ser iglesia? Participar de la cena del Señor juntos. Hechos 20:7.

Yo no he visto que una familia se vaya para diferentes lugares y “vamos a comer juntos.”

¿Eso es comer juntos? ¿Que su hijo se vaya a la casa enseguida, su hija para la otra, y su esposo para otra casa? Involucra estar unidos, en un mismo momento y lugar para poder celebrar la Cena del Señor. Ofrendar juntos, eso es lo que involucra ser iglesia del Señor, ser la familia de Dios. Hay cosas que pagar, hay asuntos de los cuales la iglesia se tiene que comprometer, pero a veces parece que no nos doliera.

Estudiar juntos, también aceptar el orden y la supervisión. Yo no he visto nunca un hijo decirle a su padre “es usted como no cumple requisitos, entonces no es mi papá.” ¿Es eso correcto? ¿Acaso puede algún hijo decir, o quitarle ese título de padre a sus padres?

Independientemente de sus imperfecciones y luchas, entendemos que si la iglesia funciona como una familia debe de haber incluso ese sometimiento a la autoridad de las cosas de Dios. ¿Qué tal un hijo andando por ahí sin la autoridad de sus padres, y el papá como sin novedad? ¿Qué creen ustedes que sería un padre que permitiera a su hijo hacer lo que le dé la gana? ¿Cómo la llamaría? Alcahuete, ¿cierto? Desentendido del hogar. Y al hijo se le llamaría rebelde, sin Dios, y sin ley. Entonces, ¿por qué hay algunos que andan como si no tuvieran autoridad encima, como si no tuvieran a quien rendirle cuentas? Como que no quieren aceptar el orden que Dios ha establecido en Su Palabra.

Así como se acepta el orden en el hogar, se debería aceptar también el orden en la iglesia. Entender que Dios ha establecido un orden adecuado para que su iglesia funcione, una iglesia que entiende, que tiene conciencia plena de que funciona como una familia acepta la necesaria supervisión, el orden debido de Dios, de los ancianos, de los pastores en cada iglesia, de los diáconos. ¿Qué pasa cuando un hijo no acepta ese orden? Está rechazando ser parte de esa familia. Eso mismo sucede en la membresía de la iglesia del Señor.

¿Qué bendiciones tenemos nosotros al ser miembros de una iglesia? Ser parte de una comunidad, ser miembros de la iglesia del Señor. Pero, reitero, queremos de Dios la bendición, pero no la obligación. Queremos tener el derecho a decidir, opinar, juzgar, acusar, llamar la atención, pero que nunca nos llamen la atención, se nos juzgue, o se nos siente donde se nos debe de sentar. 

Dios ha colocado los miembros en la iglesia del Señor. Dios ha colocado los miembros en la familia. Dios ha colocado los miembros en el cuerpo. Yo no he visto una mano que haga lo que quiera, ni uno de los dedos operando a su antojo, no, hay un gobierno establecido en el cuerpo que es la cabeza. El cuerpo se somete a la voluntad de la cabeza. La mano estará siempre dispuesta a socorrer al cuerpo. Asimismo un hogar. ¿Qué se espera de los hijos o de los padres? Que si hay alguno en una situación difícil, todos los miembros de la familia entran a socorrer. ¿Acaso es diferente la iglesia? Dios ha hecho siempre la analogía del cuerpo de la familia con relación a la iglesia su iglesia.

Tenemos bendiciones de ser miembros de la iglesia, la bendición de tener comunión, de tener hermanos que se preocupan por nosotros. 1 Corintios 12:26. ¿Qué pasa cuando un hijo o un padre en el hogar están sufriendo? ¿Acaso la familia ignora eso? Una familia normal, si hay alguno de los hijos padeciendo una dificultad, el padre sufre, la madre sufre, los hermanos sufren, hasta los abuelos y los tíos sufren. Entonces, ¿por qué en la iglesia es diferente si somos la familia de Dios? Cuando uno de los hijos va a obtener su título de la universidad, yo no he visto a ese hijo solo allá recibiendo el título, y la mamá en la casa diciendo “es que a mi no me importa.” La mamá está orgullosa y feliz por su hijo. Suhijo está recibiendo honra, entonces toda la familia está unida a él, haciendo lo mismo. ¿Por qué en la iglesia es diferente?

La invitación de esta mañana con este estudio es que realmente comprendamos la responsabilidad que tenemos los unos por los otros. ¿Qué hace, por ejemplo, cuando un hermano se equivoca? ¿Por qué entonces en la iglesia no hacemos lo mismo? ¿Por qué no nos preocupamos los unos por los otros? Es un duro señalamiento. al leer este estudio, y al entender la responsabilidad que tenemos como miembros de la iglesia del Señor, a mi la verdad me escaramuza esto, porque uno a veces ve que la iglesia del Señor es muy ignorante y dependiente siempre de las personas que están al frente, cuando todos somos los que deberíamos estar allí, colocando el pecho por la iglesia. ¡Es lo que deberíamos estar haciendo todos nosotros!

¿Por qué en la iglesia del señor es diferente? Esa es la pregunta.

Hay que recordar que tenemos muchas bendiciones de Dios, pero también muchas responsabilidades. Algunos hermanos afirman claramente que la salvación no es por obras, y están en lo correcto. Ninguno de nosotros puede decir que no necesita a Cristo para ser salvo. Todos necesitamos a Cristo, y la salvación es un don inmerecido, es la gracia de Dios sobre la humanidad, pero las obras vienen cuando se entiende esa responsabilidad. Si usted entra en una relación con Dios, en la cual usted es hijo y Dios su Padre, usted tiene que actuar como hijo, y corresponder a ese amor. Cuando no correspondemos a ese amor, estamos renunciando a la paternidad de Dios. Estamos diciéndole que no queremos participar, que no queremos ser parte de esa familia,

porque ser parte de la familia de Dios tiene responsabilidades, y si usted no las cumple está renunciando a ser parte de la familia de Dios.

Esas responsabilidades implícitas en esta relación que tenemos con Dios, es la de amarnos, por ejemplo, los unos a los otros. La palabra de Dios está llena de versículos con relación a este punto: Amarse los unos a los otros. Segundo mandamiento más importante de la ley de Dios, en Mateo 23 lo declara “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Ser afectuosos, amonestarnos, hasta saludarnos es un deber. Animar, ayudar, apoyar, acompañar, no mordernos, no irritarnos, no murmurar, no quejarnos, confesarnos las faltas los unos a los otros. ¿Qué pasa cuando un padre ve a su hijo triste? Se preocupa. Y ese padre va y le pregunta a su hijo, y su hijo le responde “no se meta, que es mi vida.” ¿Se va a ir y lo va a dejar solo? ¿Qué creen ustedes que hacen los pastores en la iglesia cuando van y le preguntan a uno de ustedes qué le está sucediendo? ¿Cómo creen ustedes que están actuando cuando responden de la misma manera? Como el hijo rebelde, que no quiere ser parte de la familia de Dios. 

Responsabilidades: asistir a cada reunión de la iglesia, llegar temprano, participar con todo el corazón, ser reverentes. Yo quiero hacer una pregunta aquí, y es bastante curiosa, ¿qué pasa cuando hay una reunión familiar, un asunto serio, y su niño pequeño empieza a hacer berrinche? ¿Usted qué hace? A mí me tocó el pellizco retorcido, y “se porta bien, y se queda juicioso.” ¿Por qué en la iglesia del Señor es diferente? ¿Por qué no disciplinamos a nuestros hijos apropiadamente? ¿No les enseñamos a ser reverentes aquí en este lugar? Yo estoy plenamente seguro que si usted está en una reunión con su familia, usted cuida cada detalle, que vayan bien presentados. Los que son padres aquí, desmientanme si usted no se preocuparía por eso. ¡Claro! Si es una reunión demasiado importante, por ejemplo con el alcalde, usted se va bien presentado, y se lleva a sus hijos igualmente bien presentados. Y si a su hijo le da por pararse de la silla y empezar a correr, usted lo mira con la cara de treinta y ocho, ¿cierto? “Se me sienta ya.” Y si no se sienta, uno se lo lleva a un lugar aparte, y lo reprende, porque es lo que hay que hacer, según los asuntos del mundo. ¿Por qué en la iglesia es diferente? Ahora, no estamos delante del alcalde, estamos ante Dios, y Él es superior a todo rey, y gobernante

Somos demasiado disciplinados y responsables para con los asuntos del mundo, pero no lo somos para con la iglesia del Señor. ¿Ustedes sabían que hay una ley en Colombia, y se originó a raíz de la iglesia católica, y dice que si una persona entra y causa molestia o interrupción en un acto religioso, eso da cárcel? Está en la constitución, en los deberes civiles. Yo creo que alguno de nosotros no haría eso conociendo la ley, pero aún lo seguimos permitiendo. ¡Hermanos, la iglesia del Señor no es un juego! La iglesia del Señor no es para entretener, o para perder el tiempo, es para hacer las cosas conforme a la voluntad de Dios. Y así como tenemos muchas bendiciones de parte del Señor, debemos nosotros también ser responsables con los asuntos de Dios. 

Yo no he visto nunca una reunión con la reina Isabel, o ahora el rey Carlos, de pronto un muchacho mascando chicle, o sentándose explayado, como con esa pereza, apatía, e indiferencia. ¿Por qué en la iglesia es diferente? Hay muchos cuestionamientos que tenemos nosotros de parte de Dios. 

Aceptemos con toda seriedad el compromiso que hemos hecho nosotros con Cristo. ¡Eso es lo que nosotros necesitamos entender! Aceptar con toda seriedad ese compromiso. La membresía para nosotros debe de ser sumamente preciosa. Para cada uno de nosotros debe ser muy precioso el ser miembros de una iglesia del Señor, porque está en juego la salvación, podemos perder nosotros la oportunidad que tenemos delante de Dios de poder estar con Él por toda la eternidad. Ser miembros de la iglesia del Señor es entender, no sólo las bendiciones de Dios que recibimos, sino también la responsabilidad que tenemos delante de Él y de nuestros hermanos.
Cuando ustedes levantaron la mano, y dijeron que son miembros de esta iglesia, es porque a ustedes les va a doler de aquí en adelante todo lo que suceda en esta iglesia. Recuerden, la iglesia no es de ninguno de nuestros pastores, diáconos, o evangelistas. La iglesia del Señor es eso: La iglesia del Señor.

Luis Felipe Torres Muñoz

Un servidor de Cristo en la iglesia de Cristo Manizales, cristiano desde el año 1999, Casado con una gran mujer, Juliana Arboleda y bendecido con 2 hermosos hijos, Maria Camila y Juan Felipe, con el deseo firme de servir a Dios con todo mi corazón. Rogando a Dios su favor siempre y misericordía para con cada uno de mis hermanos y mi persona.

SIMILARES A ESTA PUBLICACIÓN

0 comentarios

Share This
0:00
0:00