Por Luis Felipe Torres M.

Introducción

Isaías 53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

Nuestro Señor Jesús no murió en vano. Su muerte fue por la expiación de nuestros pecados. Él fue nuestro sustituto en la cruz. Porque la única manera de resolver nuestros pecados era con la muerte, pero Su sacrificio fue más que suficiente para que ese castigo no llegara a nosotros.

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Un hombre es honrado en sus hijos, y Jesús tiene Su aljaba llena de estas saetas de los valientes. Un hombre es representado en sus hijos, y así es representado el Cristo en los cristianos. La vida de un hombre parece ser prolongada y extendida en su simiente; y así la vida de Jesús es continuada en los creyentes[1].

¿Qué más podríamos decir? Sin dudarlo, podemos confesar que somos deudores plenos de esta bondad, de este amor inmerecido. Deberíamos considerar colocar nuestras vidas al servicio de un Dios que lo entrego todo por cada uno de nosotros, sin dudarlo.

Podríamos meditar en lo que David afirma en este salmo:

Salmo 8:1-9 ¹¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; ²De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo. ³Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, ⁴Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? ⁵Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. ⁶Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: ⁷Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, ⁸Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar. ⁹¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Incluso, el pensamiento de aquel hombre que sufrió la prueba por causa de su fe:

Job 7:17-18 ¹⁷¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y para que pongas sobre él tu corazón, ¹⁸Y lo visites todas las mañanas, Y todos los momentos lo pruebes?

Considera esto, guárdalo en tu corazón, recuérdalo cada mañana y aférrate de la misericordia de Dios.

[1] Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Logos Bible Software.