El Reino de Cristo

Fecha Publicación: Oct 11, 2022

Esta es su asignación: Imaginen que ustedes son judíos viviendo en el primer siglo, en los tiempos de Jesús, y que muchas veces ustedes han leído las descripciones de los profetas en el Antiguo Pacto de las batallas entre reinos, las descripciones de los profetas sobre un reino que quiere triunfar sobre otro reino, muchas batallas, cosas malas. Por ejemplo, en Jueces 7, en el tiempo del juez Gedeón los Israelitas tenían un gran problema, como lo dice en el versículo 12.  Una gran multitud contra los Israelitas, y Gedeón tuvo el problema de conquistarlos con no más de 300 soldados, pero ellos se estaban preparando para una batalla grande.

Aquí el profeta Joel habla de la venida de Babilonia, el reino poderoso en aquel tiempo, y dice a los Israelitas: Joel 2:1-11. ¡Qué descripción! Como judíos, como Israelitas, nos da mucho miedo ¿no? Porque sabemos del reino de los Babilonios, que conquistan todos los otros reinos, y ahora vienen para conquistarnos a nosotros, y esta es parte de la descripción de la batalla que viene: Joel 2:6-11, ¡Qué descripción! Me da miedo, porque este reino va a destruirnos. Es la intención. 

Habacuc, hablando también del reino de los Babilonios que viene contra Judá y Jerusalén, con esta descripción: Habacuc 1:8-11… tengo experiencia con los huracanes, ¡terrible! Estas descripciones de ejércitos grandes con fuerza que no puedo describir, Joel y Habacuc sí pueden describirlo, pero esto es como entiendo yo las batallas entre los reinos, porque es lo que leo como Judío en los libros de Joel, Habacuc, Daniel,  y otros profetas con descripciones semejantes a estas. 

Como judío ustedes leen aquellas descripciones, y ahora llegamos a Daniel 2, y con estas descripciones en la mente necesitamos aplicar lo que tenemos en nuestra mente a lo que leemos en este texto. Daniel está en Babilonia con el rey Nabucodonosor, a quien Dios da una visión, un sueño, de una estatua muy grande que consiste de 4 partes, hechas de materiales diferentes: oro, plata, bronce, y una mezcla de hierro y barro. Daniel le explica a Nabucodonosor que esta estatua representa 4 reinos, “Nabucodonosor, el primero es tuyo, pero después viene otro imperio, y otro, y otro, y en los días del reino número 4 vendrá otro reino que conquistará a todos.” Entonces, ¿cómo pienso yo de reinos contra reinos con las descripciones que leemos?

Daniel 2:44-45. El gran Dios le ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en el porvenir.  Los judíos en el primer siglo (nosotros) sabemos de Daniel, y Joel, y Habacuc, y los otros profetas, y entendemos muy bien que esta profecía de Daniel aplica a nuestro tiempo, porque vivimos en el primer siglo, en el tiempo del reino número 4: los Romanos. Entendemos esto, vivimos en el tiempo en que podemos anticipar la realización de Daniel 2. ¡¿Dónde está este reino, y el rey de este reino que viene para conquistar a Roma, y liberarnos?! Es nuestra mentalidad.

No es sorprendente que los judíos en el tiempo de Cristo esperaban a un Rey que aplastaría físicamente el gran imperio romano, establecer un reino físico, y gobernar sobre este reino nuevo, un reino físico, basado en Jerusalén. Es nuestra mentalidad como judíos. Los judíos anticipaban, esperaban, y buscaban a este Mesías. Por esto ellos preguntaban a Juan el Bautista, “¿tú eres el Mesías? ¿Tú eres el rey de este reino nuevo?,” ¿y cómo les contestó Juan?, “no, no soy” (Juan 1:19). Pero ellos anticipaban a este Mesías. Sabiendo lo que estaba en sus mentes.

Jesús hablaba mucho, enseñaba mucho acerca de Su Reino, confesando que Él sí es el Rey, y viene el Reino de Él, y hablaba mucho con ellos acerca de la naturaleza de Su Reino, y no era como ellos pensaban. 

Marcos 9:1. “¡Wow! ¡Emocionante! ¡El reino viene pronto! ¡Él nos dijo!” Okay… Él dijo “el Reino está cerca de ustedes (nosotros, los judíos del primer siglo), vendrá con poder (¡ah, sí! Conocemos las descripciones de poder), y mi Reino vendrá durante su vida.” ¿Qué generación somos nosotros? Porque este reino viene en nuestra generación.

¿Qué trajo a la mente de los judíos la palabra “reino”? Hemos leído Habacuc, Daniel, Joel. Así que cuando Jesús habla de Su Reino, ¿qué está en la mente de nosotros los judíos? “¡Ah! ¡Ejércitos relucientes, banderas, batallas grandes, una gran victoria, la libertad del Imperio Romano! ¡Gloria y honor para Israel como en el reino de David! ¡Oro y marfil como en los días de Salomón!,” anticipamos esto a causa de lo que significa para nosotros la palabra ”reino.”

A la consternación de ellos, se hizo claro que Jesús hablaba de un tipo de reino extrañamente diferente. Los judíos quisieron lo que la gente siempre quería: un reino visible, prosperidad, todos con empleo, un ejército muy fuerte para desalentar a los invasores. “Esto es lo que viene”, pensaban ellos, pero Jesús consistentemente hablaba de otro tipo de reino para confundirnos a nosotros los judíos.

Jesús anunció un reino que significó negarse a usted mismo, un reino que significó tomar una cruz. Este habla de la muerte, no de victoria, no de riquezas… Anunció un reino que significó renunciar a la mentalidad de enriquecerse. Y ¿qué es eso que Él dijo? ¿Tendremos que amar aún a nuestros enemigos? ¡¿Qué tipo de reino es este?! ¡Estoy confundido por las palabras de Él! Y lo más que Jesús elaboraba acerca de Su Reino, las expectativas de la gente se derrumbaron. “No entiendo a este hombre. Si Él es el Mesías, el rey del reino nuevo que conquista a todos los demás, ¿cómo puedo yo entender las palabras de Él acerca de este reino? ¡Es loco!  No es consistente con Joel, Daniel, Habacuc, ni los otros profetas.”

Pero Jesús siguió usando la palabra “reino”. Aparece al menos 53 veces en Mateo. “Reino, reino, reino, reino”… confusión, confusión, confusión, confusión sobre la naturaleza de este reino. 

Es interesante que Jesús nunca definió esta palabra. Jesús nunca lo explicó con claridad para ellos. Jesús nunca enseñó clases para aumentar su entendimiento. “Okay, vamos a reunirnos esta noche a las 7 para explicarle a ustedes con toda claridad mi palabra ‘reino’,” no. Él nunca trató de clarificar la confusión que existía en la mente de ellos. Hablaba casi todo el tiempo en parábolas. En cambio, Jesús les dio una idea de ello, una serie de historias, parábolas, esbozos diarios del cultivo, cocción, pesca, negocios, etc.

Vamos a considerar algunos de los esbozos de Jesús en Mateo 13:

  • v. 3-9: Jesús hablaba de un granjero que planta semillas.

    – Mi Reino es como un granjero que planta semillas, las semillas esparcidas en todo tipo de tierra. Muchas serán desperdiciadas.
    – … okay, ¿muchas serán desperdiciadas? ¿Su Reino es así?
    – Sí-
    – … no entiendo, porque ¿qué tipo de visión de poder esta? ¿Mucho va a ser perdido?

    El punto más difícil para entender es que Jesús enseñaba que el poder de su Reino es resistible.

    – La gente puede resistir el poder de mi Reino, libre albedrío.
    – ¿Nosotros tendremos la opción de someternos o no? ¿de sujetarnos o no?
    – Mhm. Porque los otros pueden resistirme. Porque yo no forzaría a nadie a participar en mi Reino. Todo es voluntario, porque mi reino estará caracterizado por la humildad, y es discreto.

    … La confusión aumenta.

    – No entiendo esta descripción de Su Reino Jesús.
    – Okay…

  • v. 24-30:

    – … mi Reino es como la cizaña que crece en un campo de trigo. Lo bueno está mezclado con lo malo, y existían juntos a la vez. Una coexistencia forzada.
    – ¡No, no no! ¡Tenemos que remover la cizaña!
    – No… okay, si ustedes no entienden esto…

  • v. 31-32:
    – … mi Reino será como una semilla pequeña. Crece despacio hasta que es enorme, y a menudo es inadvertido, nada demasiado llamativo, pero esta semilla muy pequeña puede crecer a un tamaño muy grande. Mi Reino es así.
    –¡No, no! ¿Cuándo hablarás acerca de soldados, banderas, batallas, espadas…?
    – No, no. Mi Reino no es así. Quizá ustedes puede entender si hago esta comparación:

  • v. 33:
    – … Mi reino es como una mujer que prepara pan. Trocitos de levadura están escondidos en la masa, y la masa cambia dramáticamente.
    – Sí, sí.
    – Así es mi Reino.
    – No entiendo.
    – Okay…

  • v. 44-46:
    – … mi Reino es como un tesoro sepultado en el campo. El gran valor de ese tesoro fue visto por quien lo encontró, y él vendió todo lo que él tenía. Le costó todo lo que él tenía, pero sin problema ni lamento, y para él fue el mayor logro de su vida. Así es mi reino. Como un tesoro escondido en la tierra que alguien necesita descubrir. ¿Entienden cómo es mi Reino?
    – No.

Tenemos estas descripciones en esta parte de Mateo 13, y también tenemos esto:

  • v. 47-50:
    – Mi Reino es como pescar con redes. Los peces buenos y malos pescados están juntos hasta que los traen a la orilla, y después de estar allí, no mientras los pescadores están en la red, pero después, serían separados y clasificados. ¿Entienden mi Reino?
    – No, porque pensamos en caballos, carros, espadas, banderas, trompetas, batallas, muertes…

¿Cuál es el punto? El reino de Jesús está basado no en poder, la muerte de otros, o grandes batallas físicas. Está basado en el amor, la humildad, la compasión, el servicio, la abnegación de sí, la sumisión a Dios y la sumisión el uno al otro. ¿Qué tipo de soldado es este? “Esta lista son las características de mi reino. Un reino que puede triunfar sobre todos los otros y nunca terminar. Este es el Reino que puede. Todos pueden ser parte en el mundo, no hay ninguna diferencia en mi Reino de raza, de sexo, de clase, del estado físico, de reputación, ni de logro personal…” cuán diferente es el reino de este hombre. Es un concepto contra el que nosotros preferimos, y hablo ahora de nosotros, no en el primer siglo pero en el siglo presente, porque muchas veces tenemos el mismo problema de pensar no como piensa Jesús acerca de cómo esparcir Su semilla, Su Palabra, cómo extender Su Presencia, Su Reino sobre el mundo. El concepto que Jesús presentó muchas veces es contra el concepto que nosotros preferimos tener, porque nosotros pensamos en otro tipo de cosas, ¡cosas grandes, programas especiales, programas que pueden extenderse sobre toda la nación, o quizá a otras partes del mundo! Pensamos en muchos niveles de organización, necesitamos estructura y niveles de poder, pensamos como piensa el mundo a veces. 

Es interesante que Jesús nunca pensaba como la gente alrededor de él. Siempre pensaba de manera muy diferente. A veces nosotros ignoramos el poder divino que conquista, el cual se encuentra en la simplicidad de corazones individuales respondiendo uno por uno a la voluntad del Señor. Este es el poder que Jesús estaba describiendo y enseñando, no con espadas, sino con la espada de La Palabra para capturar las almas, los pensamientos y corazones de los que están listos para responder y aceptar este tipo de Reino. 

Si estamos tentados a ver el Reino de Cristo como una estructura de poder, deberíamos mirar otra vez sus descripciones y la sabiduría del juicio de Él.

Los reinos de Roma y de los Cielos estaban uno enfrente del otro. Herodes y Pilato, gobernantes de los reinos de este mundo, estuvieron cara a cara con Jesús, el Rey de otro Reino: Herodes y Pilatos tenían soldados, ejércitos y armadas para imponer su voluntad, y aquí Jesús estuvo solo, sin ejército, sin seguidores, sin corona, sin arma, y Jesús ofreció ninguna resistencia: voluntariamente se dió a sus enemigos para ser crucificado. 

Pero ¿quién ganó la confrontación? ¿Quién ganó? ¿Dónde está el imperio romano hoy? ¿Dónde está el reino de Herodes hoy? ¿Dónde está Jesucristo hoy? ¿Todavía tiene Jesús influencia y poder? ¿Vive Jesús? Sí. ¿Reina Jesus? Sí. Y los otros reinos físicos, poderosos, están en el polvo, muertos, perdidos en la historia.

Mateo 28:18. “Yo tengo toda la autoridad ahora” después de su resurrección. Hechos 2:36. “Señor y Mesías, el Ungido Rey.” Efesios 1:20-22. Esta es la posición, el poder y autoridad todavía, incluso en nuestra generación, de Jesucristo, y Su Reino está en mi país, Su reino está aquí en Colombia, Su Reino está en muchas partes del mundo con Él, nuestro Rey. 

Me gusta mucho esta descripción por Durant:

No hay ningún mayor drama en el registro humano que la vista de unos Cristianos, desdeñados y oprimidos por una sucesión de emperadores, aguantando todos los procesos con una tenacidad feroz, multiplicándose silenciosamente, construyendo el orden mientras sus enemigos generaron el caos, luchando contra la espada con la Palabra, la brutalidad con esperanza, y por fin derrotando el estado más fuerte que la historia ha conocido.

César y Cristo se encontraron en la arena, y Cristo ganó.

(Wm. Durant, La Historia de la Civilización)

En nuestro tiempo hay muchos “cristianos” de nombre que tratan de efectuar cambios en nuestra sociedad por aliarse con partidos políticos, ¿bueno o malo? Cuando esos “cristianos” están aliados con los políticos algo está revuelto. Pensamos como los judios pensaban: “necesitamos poder, poder de dinero, poder político.” Jesús nos enseñó otro tipo de cosa. Si alguien define la palabra “cristiano” simplemente como alguien que apoya los principios de la familia, y que se opone a la homosexualidad y el aborto, él no entiende la naturaleza del Reino de Jesús… consiste de mucho más.

Si queremos cambiar nuestro mundo por un mundo mejor, comencemos por entender cómo es el Reino de Jesús y por estar seguros que tenemos el corazón y las actitudes de Él, no nuestro mundo. Entonces podremos demostrar a otros cómo cambiar de modo que, juntos, nos comportemos y sirvamos en el mundo como:

  • …buenas semillas dispersas en un campo.
  • …una mujer que prepara pan con levadura.
  • …trigo que crece en el campo al lado de la cizaña. 
  • …como la semilla minúscula difícil de ver.
  • …el tesoro que espera a ser descubierto.
  • …buenos pescados atrapados en una red juntos con los malos.

Necesitamos entender este concepto, la simplicidad del concepto del Reino de Jesús. 

Como el mundo se pone más y más del lado de Satanás, nosotros tenemos que ser y mostrar a otros cómo ser como Jesús: semillas minúsculas, trozos de levadura, luces dentro de la oscuridad, granos de sal que con silencio trabajan hasta que los resultados buenos se hacen obvios. Este es nuestro trabajo, así es el Reino de Jesucristo, porque Jesús es nuestra esperanza, y su Reino, sin duda, es la única esperanza de nuestro mundo, y gracias a nuestro Rey nosotros somos participantes, somos servidores, somos soldados espirituales, humildes en este gran Reino Divino. Gloria a Dios por esta bendición.

Por: Royce Chandler

Natalia Restrepo

Nací y crecí dentro de la iglesia de Cristo en Manizales, y luego de vivir por varios años en Estados Unidos regresé con el ánimo de ser de ayuda y apoyo en la obra, no solo en Manizales, sino en todo Colombia. Tengo un deseo firme de continuar creciendo en la fe y ayudar a muchos otros en su caminar con Dios, con honestidad, valentía, y amor, siendo una buena administradora de mis talentos, y aún más, de Su gracia.

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