EL G.P.S. DIVINO

Categoría: iglesia | Reflexiones

Fecha Publicación: Sep 4, 2019

INTRODUCCIÓN

El G.P.S. traduce por sus siglas en inglés: “Sistema de Posicionamiento Global”.  Es un sistema cuyo objetivo es dar información sobre la posición de una persona u objeto en cualquier lugar del planeta; por medio de este sistema usted puede saber dónde está ubicado exactamente y, algo muy importante, lo puede guiar al lugar adónde usted se dirige.

Dios que lo ha creado todo, ya desde la antigüedad les proporcionó a los hebreos un G.P.S. cuando emprendieron su marcha por el desierto después de salir Egipto; nos dice el Espíritu Santo en Éxodo 13:21-22, éste los guiaría de día y de noche hasta la tierra prometida.

En el nuevo testamento tenemos también una guía que nos indica, al seguirla, cómo llegar a nuestro destino final: el cielo.

  1. La estrella que representa la dirección divina (Mateo 2: 1-2). Estos hombres llegaron a Jerusalén guiados milagrosamente por Dios por conducto de una estrella; venían al parecer de bien lejos, venían de oriente; ciertamente invirtieron gran parte de su tiempo, de su dinero, de su esfuerzo personal sólo para encontrar al Salvador, siempre direccionados por la estrella.  ¿Cuánto tiempo de su esfuerzo, de sus recursos invierte usted para hallar la Señor?

En el antiguo testamento ya estaba profetizado este acontecimiento (Números 24:17); esta era una profecía que hablaba de la venida del Mesías. Es posible que estos hombres tuvieran conocimiento de ella de acuerdo a la forma como se expresan al decir: “Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”; ese “su” indica posesión; al parecer, sabían que era la estrella del Mesías.

¿Por qué viajar una distancia tan larga -posiblemente varios miles de kilómetros- para llegar a Él?  ¡Ellos no viajaron tantos kilómetros para conocer un bebé! Ellos viajaron buscando al Cristo Jesús, cuyo nombre significa “el que salva”.  Ellos venían buscando al rey de los judíos; a un bebé cualquiera no se le traen la clase de presentes que ellos ofrecieron a Jesís, esos son regalos para un rey (versículo 11).

Este viaje para conocer al Salvador dura toda una vida. Es un viaje que se emprende el día que nos bautizamos, y continúa hasta el día que dejemos el cuerpo. Dice el Señor que, sólo después de haber vencido seremos galardonados (Apocalipsis 2: 26, 28).

¿Por cuántos diferentes tipos de terreno” transitaron estos magos para llegar a Él?  Llanuras, montañas escarpadas, caminos sinuosos; resistieron lluvias torrenciales, días de extremo calor al atravesar desiertos.  De igual manera, la vida del cristiano está llena de alegrías en días soleados, pero también hay días oscuros de tristeza, tal vez de duda, dolor; lo importante es seguir caminando a pesar de las vicisitudes, porque sabemos que allá, al final del camino encontraremos “la estrella”.

  1. Algunos que siguieron la dirección que Dios programó en su G.P.S.

Tanto en el antiguo como en el nuevo testamento encontramos hombres y mujeres, que al igual que estos magos, siguieron la dirección divina.

  1. Noé. Este fue uno de ellos, al obedecer los mandamientos de Dios, demostró que iba en la dirección programada por Dios (Génesis 6: 14-16); ésta fue la orden (la ruta a seguir), y Noé se pone en camino -manos a la obra- y llega (versículo 22).  Si Noé no hubiera seguido la dirección divina, la humanidad hubiera perecido.
  2.   A este hombre Dios le da la orden en Génesis 12: 1-2.  ¿Qué hace? No toma ninguna otra ruta, sigue la dirección programada por el Todopoderoso (versículo 5).  En Génesis 17, Dios se dirige nuevamente a Abraham y le dice entre otras cosas lo que leemos en los versículos 10 y 11. ¿Qué hace Abraham? Sigue lo programado por el Altísimo, obedece su dirección (versículos 22 y 23).

Meditemos en esto: Si Noé no hubiera seguido la directriz de Dios, no podríamos hablar de Abraham, pues éste es descendiente de aquel, y la promesa de nuestro Redentor le fue dada a Abraham, la promesa de que en él serían benditas todas las familias de la tierra.  Cuando se sigue la dirección programada por Dios, el fin del camino siempre es bendición.

Podríamos hablar también de Moisés, Ester, Rut, como personas obedientes al destino que programó Dios.

III. Algunos que no siguieron el destino programa por Dios.

  1. Esaú. Este hombre despreció la primogenitura, era el heredero legítimo y prefirió torcer su destino.

 

  1. Caín. Tenía comunión diaria con el Creador al igual que todos los miembros de su familia, sin embargo, en un momento dado de su vida torció el rumbo, y ¿qué decir de Adán, de Coré?

Muchos de los judíos contemporáneos de Jesús tampoco aceptaron la ruta marcada por Él y se perdieron, junto con el traidor Judas.

Notamos un común denominador en estos últimos, y es que su fin fue desastroso; esto ocurre cuando no se respeta el destino programado por Dios.

  1. El G.P.S. se puede reprogramar.

En ocasiones se encuentra tráfico, trancones… sin embargo, es posible redireccionar.

Cuando los magos llegan a Jerusalén hay un momento de confusión, se desubican por un instante, pues los encontramos preguntando por el sitio exacto del nacimiento de Jesús (Mateo 2: 4-9), pero tan pronto se ponen en camino a Belén, la estrella los guía de nuevo y no los desampara hasta llevarlos a su destino.

Dice Pablo en Hechos 26: 9-11.  Este hombre tenía programado en su mente arrasar con los cristianos, el propósito principal de él era borrar de la faz de la tierra a todos esos seguidores de Cristo; él no tenía nada más programado en su destino.  Sin embargo, ocurre algo en su vida, relatado allí mismo en los versículos 12-16, 19-20, y de allí en adelante lo vemos con un nuevo destino al cual se dirige el resto de su vida, sin desviarse ni a derecha ni a izquierda.  ¿Qué le hizo cambiar de dirección? ¡el encuentro con el Señor!, la palabra que le habló Jesús hizo que este hombre reprogramara su destino.

Cuando Herodes pregunta por el lugar de nacimiento del Señor, convoca a los líderes religiosos y escribas para trasladarles la pregunta, y éstos van directamente a las Escrituras para hallar la respuesta (Mateo 2: 3-6).  No consultan con otros hombres, no los guía el emocionalismo, no lo hacen en el credo de su iglesia; la respuesta la tiene la Palabra de Dios.  Los que quieran encontrar a Cristo hoy, deben ir a las Escrituras, porque ellas son las que dan testimonio de él.

  1. La dirección que ha de seguir todo el mundo.

Esa dirección es Jesús (Mateo 2: 9-10).  Aquí vemos lo extraordinario de la guía, por medio de la estrella, al detenerse exactamente encima de la casa donde estaba el bebé Jesús; por fin había terminado la búsqueda, no fue en vano el viaje.  Estos sabios se regocijaron con muy grande gozo; la expresión hace énfasis en una gran alegría y emoción sentida por los magos.  “Se regocijaron sobremanera con gran alegría” (versión Biblia de las Américas).

Cuando emprendemos un viaje con la esperanza de ver a uno, o a varios familiares que no vemos hace mucho tiempo y a los que amamos, tan pronto los vemos nos llenamos de gozo, de alegría, se nos hincha el pecho de felicidad; es una escena común en terminales aéreos y terrestres.

Cuánto más cuando al que encontramos es al Salvador. Ese hecho produce un grandísimo gozo en nuestras vidas.  Cuando el que busca a Jesús se convierte en hijo de Dios en las aguas del bautismo hay gozo (Hechos 8: 35-39).  Pablo tuvo que encontrarse con el Señor para que se produjera su cambio.

  • ¿Por qué programar en nuestro destino, a Jesús?
  • Porque ha sido el único ser nacido de mujer con su destino absolutamente determinado, y porque fue el único que lo cumplió (1 Pedro 1: 20-23). Jesús fue el único hombre nacido con la misión de morir. Conducidos en pos de esa dirección, estaremos completamente seguros que llegaremos a la ciudad celestial.  ¿No quisiera usted ese destino final para su alma?
  • Porque esa dirección determinará mi futuro eterno. Leemos en Apocalipsis 22:16. La estrella de la mañana es la luz brillante que alumbra el cielo poco antes del amanecer, cuando ya no queda ninguna otra. Es la estrella que anuncia que ha llegado el día eterno.  Esa estrella es Jesús, para entrar en la eternidad del cielo es imperiosamente necesario aceptar la guía de Él, obedecer su Palabra.

Para imitar la sabiduría de aquellos magos debemos dejarnos guiar por esa Estrella, debemos buscar al Señor de todo corazón.

Conclusión

Nuestro destino eterno lo podemos programar desde esta vida.  Tenemos la guía divina para hacerlo, esa guía son las Sagradas Escrituras.  Yo puedo escribir allí, destino: vida eterna o perdición eterna.  ¿Qué dirección ha programado usted en su G.P.S. espiritual?

En cuanto a su destino eterno, al hombre le sucederá lo que él decida que le suceda.

Álvaro Sepúlveda

Predicador y Evangelista de la iglesia de Cristo, con una trayectoria importante en la predicación del evangelio, he tenido la oportunidad de estar entre hermanos de diferentes lugares y es mi propósito anunciar las verdades de Dios. Felizmente casado y trabajando en la obra del Señor en Colombia

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